martes, 6 de mayo de 2014

¿Y DEL PAIS, QUÉ...?

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.¿Y DEL PAIS, QUÉ...?
Bogotá, mayo 6 de 2004

Recuerdo siempre con mucho entusiasmo unas palabras que fueron pronunciadas por el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy el 20 de enero de 1960, día de su posesión. Decía con énfasis: "Conciudadanos del mundo: no se pregunten qué pueden hacer por ustedes los Estados Unidos de América, sino qué pueden ustedes hacer por su país, qué podemos hacer juntos por la libertad del hombre”. Palabras semejantes las pronunció en otras ocasiones durante su presidencia y ante auditorios distintos.

Trasladándonos a nuestro país, pues pensemos en la misma reflexión y hagamos una lista de las cosas que la gente espera de nosotros, como ciudadanos simples, como colombianos, como personas que aprovechamos los beneficios de su territorio. Y es que no se trata solamente de vivir a costa de lo que nos ofrece esta patria, sino de retribuirle lo recibido.

No comprendo la actitud de la mayoría de ex gobernantes en cualquier nivel, local, municipal, nacional, regional, que cuando están ya fuera del servicio, tienen las soluciones para todos los problemas, pero cuando ejercieron el poder, no hicieron todo lo necesario para cumplir con sus deseos y sus promesas. O al revés, los candidatos a cualquier puesto, prometen el oro y el moro, pero al final de su ejercicio, no cumplen sino una mínima parte de su listado.

No es sino observar la campaña actual para la presidencia de Colombia. Todos los candidatos tienen la llave de la felicidad en sus manos. Yo propondría que haya un gobierno conjunto de todos los aspirantes, y en cuatro años estaremos en la gloria, este país será una maravilla. Se las saben todas, son unos magos para resolver problemas, para la labor social, para la educación. Pero algunos ya ejercieron el poder y no nos salvaron de nada. Ahora, todo está mal, ellos son los salvadores. Y así llevamos años y años esperando la riqueza y el bienestar. Cada gobierno que llega es peor que el anterior, eso dicen los críticos de cada cuatro años, y en las mismas.

Yo soy un optimista y un soñador empedernido e irreductible, y por eso sueño con un país en el que los paperos de Boyacá no cultiven en las alturas mayores de 3.000 mts. en los páramos, para que no afecten a los demás colombianos con su deforestación y el arrasamiento de la vegetación propia, perjudicando a los que reciben las aguas de esas tierras de nacimiento, como sucedió recientemente en Casanare por este fenómeno, con total irresponsabilidad de los paperos. No dan todo lo posible para el país, pero sí reclaman todo de éste. Y el gobierno, con ausencia de autoridad…

Sueño con un país en que los campesinos de las lagunas de Tota en Boyacá y Fúquene en Cundinamarca, no desvíen el agua de los ríos afluentes, y sequen sus cauces para adueñarse (robarse) las tierras de la laguna. No dan todo por el país, pero cuando llegan las lluvias y sus tierras (que no son suyas) se inundan, esperan los auxilios del gobierno. Y el gobierno, con ausencia de autoridad…

Sueño con un país de ingenieros y arquitectos honrados que construyan con responsabilidad, con ética, con decencia, contrario a los que hicieron ese esperpento del edificio Space en Medellín, cuyos responsables andan por las calles riéndose de todos nosotros, tontos compradores. No dan todo por el país, son unos irresponsables. Y el gobierno, con ausencia de autoridad…

Sueño con un país en el que los curtidores de cueros no contaminen el agua de los ríos con sus desechos químicos, sino que den todo por su país y ejerzan la industria con honestidad, con total calidad, respetando las leyes. Cuando llega la autoridad a sellar los negocios, (hace 50 años están haciendo lo mismo), por lo menos en Bogotá y en Villapinzón, aducen sus argumentos para no cumplirlas y seguir con su pingüe negocio. Y el gobierno, con ausencia de autoridad…

Sueño con un país en el que no se roben los servicios públicos de agua, energía, teléfono, en los barrios construidos por constructores abusivos que engañan incautos y construyen en zonas de alto riesgo. No por el hecho de ser pobre, se tiene una especie de patente de corso para robar al estado. Ni los constructores dan todo, y engañan a los compradores, ni los dueños dan todo y cumplen la ley. Y el gobierno, con ausencia de autoridad…

Sueño con un país de gente honrada, en que los gobernantes sean limpios y no se roben los dineros públicos, los ciudadanos cumplamos con la ley, respetemos la palabra, y no cohonestemos la corrupción. Sueño con un país en el que los hombres y mujeres que aquí vivimos, entreguemos todas nuestras fuerzas, sin esperar que todo nos llegue del estado, o que paguemos impuestos altos, estilo Suecia, Finlandia, y ahí, sí, esperemos que el estado nos proporcione todo lo necesario. Y el gobierno, y la justicia, con ausencia de autoridad…

Entonces, ¿Qué hago yo por mi país? ¿Lo entrego todo por ver esta Colombia grande, en paz, digna de nosotros mismos? Qué bueno hacer una reflexión y trabajar todos en el mismo sentido, sin odios, sin mezquindades, entregando todo lo que debemos entregar.

Un abrazo,

ALBERTO BERNAL TRUJILLO

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