¿Y DEL PAIS, QUÉ...?
Bogotá, mayo 6
de 2004
Recuerdo siempre con
mucho entusiasmo unas palabras que fueron pronunciadas por el presidente de
Estados Unidos John F. Kennedy el 20 de enero de 1960, día de su posesión.
Decía con énfasis: "Conciudadanos
del mundo: no se pregunten qué pueden hacer por ustedes los Estados Unidos de América, sino qué pueden ustedes hacer por su
país, qué podemos hacer juntos por la libertad del hombre”. Palabras
semejantes las pronunció en otras ocasiones durante su presidencia y ante
auditorios distintos.
Trasladándonos a
nuestro país, pues pensemos en la misma reflexión y hagamos una lista de las
cosas que la gente espera de nosotros, como ciudadanos simples, como
colombianos, como personas que aprovechamos los beneficios de su territorio. Y
es que no se trata solamente de vivir a costa de lo que nos ofrece esta patria,
sino de retribuirle lo recibido.
No comprendo la actitud
de la mayoría de ex gobernantes en cualquier nivel, local, municipal, nacional,
regional, que cuando están ya fuera del servicio, tienen las soluciones para
todos los problemas, pero cuando ejercieron el poder, no hicieron todo lo
necesario para cumplir con sus deseos y sus promesas. O al revés, los
candidatos a cualquier puesto, prometen el oro y el moro, pero al final de su
ejercicio, no cumplen sino una mínima parte de su listado.
No es sino observar
la campaña actual para la presidencia de Colombia. Todos los candidatos tienen
la llave de la felicidad en sus manos. Yo propondría que haya un gobierno
conjunto de todos los aspirantes, y en cuatro años estaremos en la gloria, este
país será una maravilla. Se las saben todas, son unos magos para resolver
problemas, para la labor social, para la educación. Pero algunos ya ejercieron
el poder y no nos salvaron de nada. Ahora, todo está mal, ellos son los
salvadores. Y así llevamos años y años esperando la riqueza y el bienestar.
Cada gobierno que llega es peor que el anterior, eso dicen los críticos de cada
cuatro años, y en las mismas.
Yo soy un optimista y
un soñador empedernido e irreductible, y por eso sueño con un país en el que
los paperos de Boyacá no cultiven en las alturas mayores de 3.000 mts. en los
páramos, para que no afecten a los demás colombianos con su deforestación y el
arrasamiento de la vegetación propia, perjudicando a los que reciben las aguas
de esas tierras de nacimiento, como sucedió recientemente en Casanare por este
fenómeno, con total irresponsabilidad de los paperos. No dan todo lo posible
para el país, pero sí reclaman todo de éste. Y el gobierno, con ausencia de autoridad…
Sueño con un país en
que los campesinos de las lagunas de Tota en Boyacá y Fúquene en Cundinamarca,
no desvíen el agua de los ríos afluentes, y sequen sus cauces para adueñarse
(robarse) las tierras de la laguna. No dan todo por el país, pero cuando llegan
las lluvias y sus tierras (que no son suyas) se inundan, esperan los auxilios
del gobierno. Y el gobierno, con
ausencia de autoridad…
Sueño con un país de
ingenieros y arquitectos honrados que construyan con responsabilidad, con
ética, con decencia, contrario a los que hicieron ese esperpento del edificio
Space en Medellín, cuyos responsables andan por las calles riéndose de todos
nosotros, tontos compradores. No dan todo por el país, son unos irresponsables.
Y el gobierno, con ausencia de
autoridad…
Sueño con un país en
el que los curtidores de cueros no contaminen el agua de los ríos con sus
desechos químicos, sino que den todo por su país y ejerzan la industria con
honestidad, con total calidad, respetando las leyes. Cuando llega la autoridad
a sellar los negocios, (hace 50 años están haciendo lo mismo), por lo menos en
Bogotá y en Villapinzón, aducen sus argumentos para no cumplirlas y seguir con
su pingüe negocio. Y el gobierno, con
ausencia de autoridad…
Sueño con un país en
el que no se roben los servicios públicos de agua, energía, teléfono, en los
barrios construidos por constructores abusivos que engañan incautos y
construyen en zonas de alto riesgo. No por el hecho de ser pobre, se tiene una
especie de patente de corso para robar al estado. Ni los constructores dan
todo, y engañan a los compradores, ni los dueños dan todo y cumplen la ley. Y el gobierno, con ausencia de autoridad…
Sueño con un país de
gente honrada, en que los gobernantes sean limpios y no se roben los dineros
públicos, los ciudadanos cumplamos con la ley, respetemos la palabra, y no
cohonestemos la corrupción. Sueño con un país en el que los hombres y mujeres
que aquí vivimos, entreguemos todas nuestras fuerzas, sin esperar que todo nos
llegue del estado, o que paguemos impuestos altos, estilo Suecia, Finlandia, y
ahí, sí, esperemos que el estado nos proporcione todo lo necesario. Y el gobierno, y la justicia, con ausencia
de autoridad…
Entonces, ¿Qué hago yo por mi país? ¿Lo entrego todo por ver esta Colombia grande, en
paz, digna de nosotros mismos? Qué bueno hacer una reflexión y trabajar todos
en el mismo sentido, sin odios, sin mezquindades, entregando todo lo que debemos
entregar.
Un abrazo,
ALBERTO BERNAL TRUJILLO
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