UN
AMOR QUE SE ME VA
Bogotá,
enero 19 de 2016
Hola, amigos:
Les comparto algo de mi producción poética:
SOLEDADES
ABC
Te pedí
que te fueras, no que me abandonaras,
no te
quiero en mi vida, no soy parte de ti,
siempre
te amé, nunca te amé,
cuando
estoy contigo me siento aburrido,
cuando
estoy feliz tú estás junto a mí,
me voy,
me iré, pensaré en mí lejos de ti.
En medio
de la playa, el sol me quema,
lo quiero
agarrar, no lo puedo tener;
ven, sol,
caliéntame más cerca,
tu calor
me reconforta, déjate tener,
no te
escapes, no seas esquivo,
seamos
cómplices de la soledad,
amémonos
en silencio, te prometo mi prudencia;
tú me
abrazas, yo te estrecho contra mi cuerpo,
sentiremos
un amor incomprendido,
estaremos
tú para mí, yo para ti,
sin que
acabe nunca nuestro secreto.
Pasa en
un momento una ráfaga de viento,
refrescante,
llena de vida, y quiero quedarme a su lado,
compartirle
mis secretos, pero muy rebeldemente
se va, me
toca, sigue adelante, y le respondo:
si no vas
a enamorarme, no me toques, no me roces,
que me
pones nervioso, déjame en paz,
yo solo
me arreglo sin tu presencia, déjame en paz.
Y me
acuerdo de la luz, y veo mis recuerdos
en ellos
estás tú, muy cerca pero muy lejos,
no logro
encontrarte con mis manos,
mi cuerpo
no está contra tu cuerpo,
mi deseo
es asirte, tenerte, tocarte,
pero no
te siento, sólo tu recuerdo es lo que veo;
no sé por
qué no te quedas a mi lado,
sé que no
existes en mi vida, pero podemos
besarnos,
amarnos un momento
para
dejarte libre cuando el amor esté pleno;
pero no
te quedas, tu luz ya no la veo,
tu cuerpo
ya no existe para mí,
otra
ocasión habrá de amarte,
de lucir
mi cuerpo frente al tuyo,
creeré
que sea verdad, con tu recuerdo
pasaré
los días y viviré amándote en silencio.
Entro al
mar para refrescar mi calor del cuerpo y del alma,
siento
tus olas alrededor del cuerpo,
te toco,
me erizas, te doy un abrazo inicial,
tú, muy
rebelde, te escapas por entre mis dedos,
te quiero
tener conmigo, quiero estar dentro de ti,
harás que
copule en soledad, ven,
tu
recuerdo llena mi alma y descansa mi cuerpo,
no te
quiero, pero te amo, deseo mi soledad,
pero te
espero, no sé si para bien o para mal;
no te
deseo, pero te necesito.
No sé qué
quiero de ti, sólo sé que fuiste mía,
que mi
pensamiento te desea, no te amo,
pero en
mi vida te espero.
Y llegó
la oscuridad, y en medio de ese profundo negro,
te veo
muy blanca, muy bella,
se
aclaran mis ojos, y en vez de tu presencia,
percibo
ya la imagen de la muerte,
muy
segura de llevarme al infinito;
ven,
muerte, que haremos el amor
antes de
que cumplas tu misión.
Ni el
viento, ni la soledad, ni el mar,
ni la
luz, ni la oscuridad, ni el sol,
quisieron
amarme, y no quiero que termine
ya mi
vida sin sentir que mi cuerpo pertenece al amor,
a la
soledad, a dos seres enlazados,
y saber
que el mundo sigue igual sin mi presencia,
y que mi
alma volará en la eternidad por ahí,
errabundo
en busca del amor, y al final, felicidad.
Te pedí
que te fueras, no que me abandonaras.