miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA ETERNIDAD



LA ETERNIDAD
Noviembre 15 de 2013

La eternidad es eterna… eterna. Es para mí un concepto muy misterioso, y de por sí bastante incomprensible, pensando hacia adelante, pero aún más difícil de comprender si lo pienso hacia atrás en el tiempo. Uso una comparación para tratar de entender algo ese misterio. ¿No hay principio y no habrá fin? Muy difícil para mi cabeza.

Supongo que un grano de arena de la playa equivale a un año de vida, por tanto jamás, jamás, terminaré de contar los años, o de contar los granos de arena del mundo, y así es como trato de que me quepa en la cabeza la eternidad. Hay otros ejemplos, como el de un amigo, que se imagina un hilo de tela de araña, que debe envolver la tierra y los planetas, llevado por la propia araña, hasta cubrirla totalmente como un tapete tupido. Jamás terminará la tarea. Otro que oí hace ya varios años es el del pajarito que cada año da un picotazo en una roca de 100 metros de largo, por 100 de ancho, por 100 de alto. Esa tarea, la de acabar con esa roca, es equivalente a la eternidad. Y hacia el final es algo que trato de llegar a la idea, pero ¿sin principio? Mmm… Ahora, ¿qué tamaño tendría la roca hace “media” eternidad? (Si es que la idea de media eternidad puede existir). ¿O será que ya vamos en la quinta “eternidad”, o en la décima?

Es que este concepto de la eternidad, así como el infinito del espacio, dónde termina, qué sigue de lo último que podamos imaginar, no es fácil que nos quepa en esta cabecita frágil, imperfecta,  que tenemos y que nos hace dudar de tantas cosas y que también nos hace entender otras más. A las velocidades en que avanza la ciencia, y ya que estos adelantos no son en progresión aritmética, sino geométrica, podemos pensar que cada vez entendemos más cosas, comparadas con lo que conocíamos ayer, o que cada vez entendemos menos cosas, comparadas con lo que vendrá hacia adelante y con la velocidad a la que suceden.

Enseguida me hago esta pregunta, pensando en la eternidad y en los conceptos de las religiones: ¿Será que una persona como Hitler, o como Pablo Escobar, que consideramos malos (no los juzgo, sólo supongo), por 50 granos de arena o 50 años de vida, terminarán en el infierno durante una eternidad, es decir, billones de billones de billones de años? No me parece lógico pensar de esa manera.

¿Será que una persona como Domingo Savio, santo que tuvo la “dicha” de morir a los 15 años, que no tuvo ni el conocimiento del pecado, o un niño que muere a los 5 años, sin “vivir”, a quienes consideramos buenos, por 15 granos de arena o 5 años de vida, terminarán en el cielo tocando la lira durante una eternidad, es decir, billones de billones de años? No me parece lógico pensar así. Pero es lo que piensa y espera un musulmán al inmolarse con una bomba atada a su cuerpo.

Pienso que es más lógico que la vida, esta vida, termina, pero vendrá otra, en alguna parte, en otra dimensión, donde seremos felices todos, e iremos hacia la perfección, y vendrá luego otra vida, y cada vez seremos mejores, distintos, otros seres, pero siempre caminando hacia la felicidad total. Yo creo en el famoso túnel de las personas que traspasan los límites de esta vida y regresan. Nadie vuelve triste, todos regresan felices, y esa creo que es una realidad. Además, nadie, que yo sepa, ha vuelto del más allá, de la muerte, a contarnos sus experiencias, de modo que el cielo, el infierno, el purgatorio, el limbo, conceptos con lo que nosotros crecimos, y que ya algunos han sido revaluados hasta por el Vaticano, suenan más a invenciones que a realidades, por lo menos como lo pintan las religiones. Los musulmanes, los católicos, los protestantes, los ortodoxos, los budistas, los islamistas, los hinduistas, creen más o menos en lo mismo, visto desde puntos distintos y con perspectivas diferentes. Habrá muchos que no creen en vida después de la vida, y todo terminará con la muerte, para ellos. Otros que piensan que ni esta misma vida es una realidad, que estamos en dimensiones diferentes los unos de los otros. ¿Pienso, luego existo, como dijo Descartes? Es una realidad para mí, y bueno, por algo hoy somos miles de millones de personas, y las que en el mundo han sido.

Todo lo anterior lo creo por la mañana, pero ya en la tarde empiezo a dudar de todas mis creencias, y a pensar en la evolución de las especies, y en quién creó a Dios, en el big bang, y en mil cosas que nos rondan a todos en algún momento de nuestras vidas, o en muchos momentos, en etapas diferentes de nuestras vidas. Y hay tantas respuestas como nos podamos imaginar, y mientras más pensemos, pues más cabida a teorías distintas hay, de éste y de muchos otros temas que nos hayamos planteado a lo largo de nuestras vidas. Y todos tienen razón, y nadie tiene razón, o pocos tienen razón, depende de nosotros mismos, y del miedo que nos dé pensar en algo distinto, y de nuestras convicciones religiosas, por ejemplo.

Recordaba yo una anécdota de Jaime Tabares, un compañero del seminario del año 59 y 60, quien me relató que estando él en tercero bachillerato en La Ceja, Antioquia, llegaron en clase a tocar el tema de la creación de la materia y luego a Dios, creador de esa materia y Jaime le preguntó al cura profesor: "¿Por qué no dejamos eso en la materia?" Y la respuesta fue: "Esas dudas no las puede tener un aspirante (a sacerdote)", y ahí terminó la charla. Creo que el cura ni sabía de lo que estaba hablando. Y se perdió una bonita oportunidad de discutir una duda o una inquietud de alguien que se atrevió a pensar.

Alguien dirá que yo no entiendo las cosas de Dios, (esto para los creyentes), porque Él piensa de distinta manera; pero es que yo no puedo pensar distinto, pues soy humano y no divino; y debo usar mi inteligencia para pensar, para preguntarme cosas, para tratar de entenderme y entender la vida. Así, algún día podremos pensar en otro aspecto, analizar otras dudas, o que yo tenga, o que alguien más tenga. Para eso tenemos inteligencia, para dudar, para pensar, para usarla.

¿Existen más seres vivos, inteligentes, en el universo? ¿Qué es la Biblia? ¿Puedo creer poco, o nada, o parte, o todo de ella? ¿Los evangelios son fieles? ¿Cómo empezó todo este cuento de la vida humana? ¿Dios, o un dios, o la evolución, o el big bang? Son todas preguntas que nos quedan para cuestionarnos, para aprender, para mejorar. Y muchas más sobre muchos temas, que no son tabúes, sino realidades en nuestras mentes. ¿Cuál es el límite del pensamiento? ¿El pensamiento se confunde con el alma?

Qué cosa tan difícil es la vida a veces, pero qué hermosa es la oportunidad de analizar, de pensar, de discutir, cosas tan sencillas y a la vez tan misteriosas. Ojalá la eternidad exista para mí, pero con la oportunidad de seguir creciendo en el amor, en la sabiduría, en el conocimiento, en la inteligencia, y si hay cosas mejores, pues que vengan.

Un abrazo,

ALBERTO BERNAL TRUJILLO
e-mail: negocios.alberto@gmail.com
Blog:  http://condoreslibres.blogspot.com/

miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA PAZ


LA PAZ

Subachoque, noviembre 6 de 2013

Amigos:

Como está de moda, y no sólo de moda, sino que es imprescindible que cada uno de nosotros se involucre en el tema, pues creo que es bueno que hablemos de paz, de la paz de Colombia.
Cualquier pensamiento respecto del tema es válido, pero así mismo el mío también, y debo defenderlo frente a otras opciones. Y hablo del proceso que se lleva a cabo en La Habana, y centrándome en lo real, que son los acuerdos, y pasando por alto las fotos recibidas de los guerrilleros fumando tabaco y descansando en un yate. ¿Qué importancia tiene eso frente a los acuerdos a los que se pretende llegar entre las partes? No hablemos de cosas baladíes. Hablemos de lo fundamental.

Ya lo he dicho, el que hace cosas se equivoca, el que no hace nada, jamás yerra. El presidente se arriesgó a hacer unos acuerdos de paz, y es posible que se equivoque en algunas cosas. Pero lo importante es que se propuso terminar la guerra de muchos años, a cambio de algo. La paz se hace con los enemigos, no con los amigos. Y los enemigos hacen lo que a uno no le gusta. Y los enemigos no se rinden sino cuando están vencidos, y hasta ahora, nadie, ningún gobierno, ha derrotado a las Farc, ni ha acordado nada, ni con los paseos a Suecia, ni acabando con Casa Verde, ni con El Caguán, ni con toda la fuerza de los ocho años de guerra del presidente Uribe. Ellos no se sienten vencidos, a pesar de que el gobierno pasado nos habló mil veces de que estábamos en el principio del fin de la guerra.

Creo firmemente que “es mejor una paz con un alto costo, que una guerra con un costo infinito”, como ha sido hasta hoy en los 50 años de conflicto interno. Yo no sé a qué acuerdos en detalle llegarán en este diálogo actual, si habrá mucha o poca impunidad, si devolverán tierra o no, si los guerrilleros llegarán al congreso o no. (No habrá mucha diferencia entre uno de la guerrilla y un político corrupto, como son muchos de los actuales senadores y representantes, o como los que están en La Picota). Lo que creo es que ya estamos cansados de tanta guerra, que nos ha costado muchos muertos, muchos puntos del PIB durante años, y que seguirá costando igual o más si nos seguimos echando bala. Por lo demás, lograr lo que se propone la guerrilla, hoy es más fácil por medio de la participación en política, por la democracia, con los votos, que por la guerra.

Y si no, que lo diga el comandante Ortega de Nicaragua, que luchó, siendo guerrillero,  contra las barbaridades y excesos de Somoza, el dictador, y hoy es igual a él: dictador, queriéndose reelegir a perpetuidad, y con su familia enriquecida con el dinero y con el poder. Lo que pretendió con la guerra, hoy lo consigue con los votos: mucho más fácil.

Un amigo, Helmer Bejarano, acotó en días pasados un comentario mío en Facebook, lo siguiente: “Supongamos que Uribe y Zuluaga llegan al poder, no negocian con los guerrilleros sino que a cualquier precio hacen la guerra y la ganan. Como no quieren impunidad ni perdón para los vencidos, los capturan, pero para condenarlos y encarcelarlos lo lícito es que deben actuar de acuerdo con la constitución y las leyes colombianas y el respeto de los derechos humanos”.

“Esto significa que deben someterlos a un debido proceso, es decir los deben juzgar de acuerdo con las normas jurídicas vigentes. Las preguntas a responder son: siendo alrededor de 20.000 juicios, y conociendo la congestión actual, ¿en dónde está la cantidad de jueces que se requieren? ¿Cuánto tiempo van a tomar estos procesos judiciales? ¿Cómo se van a cumplir los términos para evitar tener que dejarlos libres?  Conociendo el estado actual de hacinamiento en los centros de reclusión, ¿en dónde están las cárceles para llevarlos a que cumplan las penas?”.

Mi humilde y desapasionada opinión, dice Helmer, y yo estoy de acuerdo en ello, es que Santos está haciendo lo que más le conviene al país, es decir buscando una negociación lo menos traumática posible, haciendo algunas concesiones que como es inevitable, que conllevan algún tipo de impunidad, pero por supuesto conservando la autoridad y los principios fundamentales que rigen nuestra democracia.

Ahora sigo con mi pensamiento: prefiero este país sin guerrilla, invirtiendo ese dinero que hemos gastado tratando de acabarlos en la lucha contra otros males del país, como el atraso en infraestructura, carreteras, puertos, aeropuertos; en el crecimiento de la agricultura verdaderamente en grande; en la lucha contra la pobreza, el desempleo, el subempleo; en la moralización de las instituciones, el congreso, la justicia, el ejecutivo, los alcaldes; en terminar el narcotráfico legalizando la droga, como existe en varias partes del mundo, y como se va generalizando con la marihuana, que era una lacra cuando sólo se producía aquí, pero que ahora es hasta benéfica para la salud, cuando ya se produce en EE.UU. y en Europa y en otros países. La droga es un problema de salud principalmente, y así se debería tratar. Yo no voy a consumir cocaína porque sea legal. Simplemente no la uso por sus males, no por su prohibición.

Es que la hipocresía en el mundo, y también en Colombia, hablando de la guerrilla, es de unas magnitudes impresionantes. La presidenta del Brasil se enoja con los gringos por las “chuzadas” de ellos, pero son legítimas cuando las hacen ellos mismos, los brasileros, con Rusia, Irán, etc. Y todo esto se puede decir de todos los países del mundo. Es igual el problema con las armas, con la droga, con la información, con la tecnología, con los Wikileaks, con los Snowden, todos se creen con los derechos para sí, pero no reconocen los de los demás.

Igual pasa con la guerrilla y con todos los gobiernos colombianos. Se desconocen las injusticias, pero no se reconocen los derechos de las minorías. Lo mismo, todos reclamamos nuestros derechos, pero no reconocemos ni cumplimos con nuestros deberes. La guerrilla dice defender al pueblo, pero ataca principalmente las poblaciones pobres de este país.

Yo prefiero apoyar el actual proceso de paz, esperando a que se llegue a un acuerdo, lo menos humillante para todos, pero que nos lleve, por fin, a centrar nuestros esfuerzos en algo distinto de fortalecer el ejército, las armas, la fuerza. Pienso en el país hacia adelante, y creciendo para el bien de todos, ahorrando el dinero que hoy gastamos en la guerra, invirtiéndolo en educación, en recreación, en turismo, en vivienda, en los pobres, en agua potable.

Creo firmemente, que este país va hacia la ruina total, si a todos los males actuales, la corrupción, el principal de ellos para mí, repito, si a todos los males le sigue más guerra, más odio, y si nos desgastamos en pelearnos, cada cual para su lado, en vez de unir esfuerzos en ir para adelante, en tener grandeza, en tener generosidad. Voto por terminar la guerra, por crecer, por la dignidad, con la unión de los colombianos.

Estaba listo a publicar este blog, cuando conocí la noticia del acuerdo sobre participación política en La Habana entre el gobierno colombiano y la guerrilla. Qué mejor noticia para corroborar mis ideas aquí expuestas. Es mejor mil veces llegar a estos acuerdos, nunca antes alcanzados, que luchar y pelear, y echar bala, y difamar, y no colaborar, y armarnos durante 50 años más, y odiarnos. ¡Felicidades, Colombia! ¡Vamos bien, mejor que nunca! ¡Me alegro profundamente y siento mi alma en paz!


Un abrazo,

ALBERTO BERNAL TRUJILLO
e-mail: negocios.alberto@gmail.com
Blog:  http://condoreslibres.blogspot.com/